CAPSULAS IGNACIANAS 10



Todos soñamos despiertos. Nos imaginamos otras vidas, planes de futuro, relaciones, trabajos, viajes... Son proyectos que nos suelen venir al final del día: nos ilusionan, entusiasman e incluso no nos dejan dormir. Muchos acaban al amanecer, y nos reímos de nuestra ingenuidad y agradecemos la prudencia que nos impidió convertirnos en quijotes del siglo XXI.


Pero hay sueños que también nos ilusionan, entusiasman y buscan horizontes más lejanos que los molinos de viento. Sueños que no se borran por la mañana, sino que persisten por mucho tiempo y que nos dan paz. Sueños que cuadran con nuestra vida y que imaginan un mundo mejor. Así nos habla Dios.



¿Has pensado cómo son tus sueños?