CAPSULAS IGNACIANAS 11


—He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.

—Lo esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse.
—Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
—Es el tiempo que yo he perdido con ella... —repitió el principito para recordarlo.

Así debe mirar nuestro Dios. Como seres únicos en sus manos. Así nos invita a mirar a los demás, como hermanos, como criaturas del mismo Dios, con el corazón...