CAPSULAS IGNACIANAS 16


ORAR CON LA RESPIRACIÓN


Hoy, Señor, acepto que mi oración sea la oración de los sencillos. Hoy te dejo a ti marcar el ritmo, poner el tema, susurrarme discretamente tu palabra al oído. Hoy, Jesús, solo busco dejarte entrar… en todo lo que respiro.

Te PIDO desde muy dentro, Espíritu de amor, que en este rato de oración te vuelvas a hacer fuerte en mí. Para que mi vida sea según tu voluntad.

LEO. una oración conocida (Padre Nuestro, Ave María) o una lista de nombres de Jesús (Maestro, Señor, Amigo).

RESPIRO. En cada espiración voy recitando palabra por palabra la oración escogida. Sin forzar el ritmo, manteniendo el compás.

REPITO cada palabra varias veces, lentamente, con recogimiento. Y pienso en su significado, en la persona a quien se refiere, en mi necesidad de ser transformado según esa palabra…

Para terminar REPOSO en las manos de Dios, despidiéndome de él con un Padre Nuestro. Porque hoy, Dios bueno, quiero volver a ser sencillo.