CAPSULAS IGNACIANAS 27

NUESTRA FE Y LOS POBRES

«Si la Iglesia entera asume el dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones. Pero ¿a quiénes debería privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una orientación contundente: no tanto a los amigos y vecinos ricos sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser despreciados y olvidados, a aquellos que “no tienen con qué recompensarte” (Lc 14,14). 

No deben quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten estemensaje tan claro. Hoy y siempre, “los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio”, y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer.

Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos. Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo».

(Evangelii Gaudium, 48-49. Papa Francisco)