Hoy es su día.
El día de João (Brito), de Jacques (Berthieu), de Pablo (Miki), de
Claude (Colombière), de Pieter (Canisio), de José María (Rubio), de
Andrzej (Bobola), de Luigi (Gonzaga), de Bernardino (Realino), de
Léon-Ignace (Mangin), de Ignacio (de Loyola), de Alberto (Hurtado), de
István (Pongrácz), de Pere (Claver), de Roberto (Bellarmino), de
Francisco (de Borja), de John (Ogilvie), de Jean
(Brébeuf), de Alonso (Rodríguez), de Stanislaw (Kostka), de José
(Pignatelli), de Roque (González), de Jan (Berchmans), de Edmund
(Campion), de Francisco (Javier)… y de muchos más.
Cada cinco
de noviembre, la Iglesia celebra la vida y vocación de todos los santos
de la Compañía de Jesús. Son hombres que siguieron a Jesús como
compañeros, en sus vidas, siglos y países.
Los relatos de su entrega vocacional son un auténtico ejemplo de “espiritualidad ignaciana” en acción.