CAPSULAS IGNACIANAS 30

CONSOLACIÓN

Creo que por fin voy siendo el dueño de mis decisiones. Que me veo capaz de elegir lo que quiero hacer. Que acepto correr el riesgo de decidir qué tipo de vida deseo llevar. Que en el centro de todo estoy aprendido a colocar eso que Dios quiere de mí…


Es curioso porque, ahora que me pasa esto, noto que algo se me mueve por dentro. Algo que me anima a amar más a Dios y a servir mejor a mis hermanos. Es como que me ha agarrado una alegría profunda, una gran paz, una calidez que me serena y me da tranquilidad. Sí, hoy de verdad me siento amado por Dios. Tan amado que hasta veo que quizás no sea tan difícil esto de seguir a Jesús. Que si él está conmigo, claro que seré capaz. Y en mí crece la fe, la esperanza y las fuerzas para amar. 

San Ignacio diría que estoy en consolación… Así que ahora, Señor, quiero dejarme guiar por tu Espíritu que me mueve. ¡A ti te quiero seguir!