CAPSULAS IGNACIANAS 32


DESEOS DE DIOS


Estamos rodeados de estímulos, de cosas para hacer. Pero tantas provocaciones nos acaban arrastrando a un vacío que dificulta mucho entrar en lo profundo de la vida. 


Aunque siempre hay algo, una verdad profunda que no deja de invitarnos a romper con todo eso, pues como decía Margaret Silf: “en el ojo del huracán hay un centro de perfecta paz donde nuestro deseo más profundo es abrazado por el deseo que Dios tiene de nosotros”.


¿Cuál es el deseo que Dios tiene para mí? ¿No podré ahí encontrar la paz que tanto busco?